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Tecnología y sonrisas

Todos sabemos del psicólogo humanista, Abraham Maslow y su teoría sobre la jerarquía de las necesidades humanas, representada gráficamente en la conocida, “Pirámide de Maslow”. Así,

todos entendemos que, en la medida que se satisfacen las necesidades más básicas, que forman la base de la pirámide, las personas pueden desarrollar necesidades y deseos más elevados, que escalan gradualmente hasta la punta de la pirámide. La seguridad está solo ​en el segundo tramo y es, por lo mismo, una necesidad básica.

¿Quién no sonríe cuando se siente seguro?

La seguridad y entrega de confianza está programada en nuestra identidad corporativa. La tarea y responsabilidad es brindarla a nivel interno y externo; desde los Policompers, a nuestros clientes, colaboradores y a todo el mundo virtual de hoy con ciberseguridad. Quizás, Maslow hubiese incluido a la ciberseguridad de haber tenido conocimiento de lo que se venía en materia de desarrollo y digitalización de la vida en solo pocas décadas desde la formulación de su teoría.

Hoy, la ciberseguridad, está en el centro de la agenda mundial. Gobiernos, empresas, hospitales, instituciones educacionales e incluso smartphones, no están a salvo si no se considera este ítem dentro de su diseño, de manera de asegurar la protección de información electrónica. Es un requerimiento que debe ser cubierto, a toda costa, para protegerse frente a posibles o inminentes ciberataques.

Podríamos definir la ciberseguridad, a grandes rasgos, como todos los sistemas presentes para mantener la confidencialidad, resguardar la integridad y disponibilidad de la información de quien pertenezca. Desde lo más básico, como un intercambio de correos a información y archivos de salud; desde los contactos de tu celular a los códigos específicos de plantas nucleares.

No es un tema a tratar ligeramente y en los últimos años se ha intensificado su utilización y relevancia, especialmente durante la pandemia por COVID-19 ya que, a mayor conectividad, más puntos de vulnerabilidad existen para atacar.

Aun cuando Manfred Max Neef, Antonio Elizalde y Martin Hopenhayn, en su libro Desarrollo a Escala Humana, señalan, a diferencia de Maslow, que las necesidades son finitas, pocas y clasificables; destacan a la seguridad como una necesidad de protección, que, en el modelo planteado por estos autores, ocupa el segundo bloque de nueve. Así, se confirma que la seguridad es una base crucial para el desarrollo, crecimiento y autorrealización humana.

Sin duda hay muchas variables al momento de evaluar si hemos logrado o no la autorrealización como personas, pero algo que no admite cuestionamiento es que, sin sentirse seguros, y efectivamente estarlo, las personas no lo lograrían jamás. Independiente de la posición en que esté, la posibilidad de anticipar o prever peligros, entrega una ventaja frente a la capacidad de preparación y reacción. Lo que en definitiva brinda el escenario básico para avanzar hacia estados de mayor felicidad.